sábado, 30 de abril de 2011

Ladri di biciclette. Película de la semana.



Buongiorno, personillas.

Hoy he tenido el gran placer de ver una de las doce mejores películas jamás vistas mundialmente: El ladrón de bicicletas (Ladri di biciclette) nació en 1948 y su padre fue Vittorio de Sica. Habla y nos ofrece la imagen de la vida de posguerra. Nuestro protagonista Antonio (Lamberto Maggiorani) consigue un trabajo para el que necesita una bicicleta (quedaos con la palabra porque es la clave, bueno esa y "miseria") y la desgracia le acompaña durante los 88 minutos que dura la película y muestra lo que un hombre es capaz de hacer por sacar a su familia de la pobreza.


Un gran filme, pero triste y que muestra la dura vida de la época, así que no hagamos la vista gorda y no penséis en que "ya ha pasado" porque para muchos esa desgracia sigue presente.



Godersi il film e buon pomeriggio.

Letras argentinas: Ernesto Sabato

Esta madrugada moría Ernesto Sábato (o Sabato, como él prefería escribirlo) cuando apenas le quedaban unos meses para celebrar su centenario.
Ganador en 1984 del Premio Cervantes, sus temas más recurrentes eran los relacionados con el hombre en nuestro tiempo y la literatura.

Gracias a su honestidad y espíritu crítico fue elegido presidente de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas que redactó el Nunca más: Informe Sabato sobre los horrores de la última dictadura militar argentina (1976-1983).

Si te interesa la trayectoria de Sabato pincha aquí.

jueves, 28 de abril de 2011

La Noche de los Libros. Recomendaciones

" Los cuentos vagabundos"

ANA MARÍA MATUTE

Pocas cosas existen tan cargadas de magia como las palabras de un cuento. Ese cuento breve, lleno de sugerencias, dueño de un extraño poder que arrebata y pone alas hacia mundos donde no existen ni el suelo ni el cielo. Los cuentos representan uno de los aspectos más inolvidables e intensos de la primera infancia. Todos los niños del mundo han escuchado cuentos. Ese cuento que no debe escribirse y lleva de voz en voz paisajes y figuras, movidos más por la imaginación del oyente que por la palabra del narrador.

He llegado a creer que solamente existen media docena de cuentos. Pero los cuentos son viajeros impenitentes. Las alas de los cuentos van más allá y más rápido de lo que lógicamente pueda creerse. Son los pueblos, las aldeas, los que reciben a los cuentos. Por la noche, suavemente, y en invierno. Son como el viento que se filtra, gimiendo, por las rendijas de las puertas. Que se cuela, hasta los huesos, con un estremecimiento sutil y hondo. Hay, incluso, ciertos cuentos que casi obligan a abrigarse más, a arrebujarse junto al fuego, con las manos escondidas y los ojos cerrados.
Los pueblos, digo, los reciben de noche. Desde hace miles de años que llegan a través de las montañas, y duermen en las casas, en los rincones del granero, en el fuego. De paso, como peregrinos. Por eso son los viejos, desvelados y nostálgicos, quienes los cuentan.

Los cuentos son renegados, vagabundos, con algo de la inconsciencia y crueldad infantil, con algo de su misterio. Hacen llorar o reír, se olvidan de donde nacieron, se adaptan a los trajes y a las costumbres de allí donde los reciben. Sí, realmente, no hay más de media docena de cuentos. Pero ¡cuántos hijos van dejándose por el camino!

Mi abuela me contaba, cuando yo era pequeña, la historia de la Niña de Nieve. Esta niña de nieve, en sus labios, quedaba irremisiblemente emplazada en aquel paisaje de nuestras montañas, en una alta sierra de la vieja Castilla. Los campesinos del cuento eran para mí una pareja de labradores de tez oscura y áspera, de lacónicas palabras y mirada perdida, como yo los había visto en nuestra tierra. Un día el campesino de este cuento vio nevar. Yo veía entonces, con sus ojos, un invierno serrano, con esqueletos negros de árboles cubiertos de humedad, con centelleo de estrellas. Veía largos caminos, montañas arriba, y aquel cielo gris, con sus largas nubes, que tenían un relieve de piedras. El hombre del cuento, que vio nevar, estaba muy triste porque no tenía hijos. Salió a la nieve, y, con ella, hizo una niña. Su mujer le miraba desde la ventana. Mi abuela explicaba: «No le salieron muy bien los pies. Entró en la casa y su mujer le trajo una sartén. Así, los moldearon lo mejor que pudieron.» La imagen no puede ser más confusa. Sin embargo, para mí, en aquel tiempo, nada había más natural. Yo veía perfectamente a la mujer, que traía una sartén negra como el hollín. Sobre ella la nieve de la niña resaltaba blanca, viva. Y yo seguía viendo, claramente, cómo el viejo campesino moldeaba los pequeños pies. «La niña empezó entonces a hablar», continuaba mi abuela. Aquí se obraba el milagro del cuento. Su magia inundaba el corazón con una lluvia dulce, punzante. Y empezaba a temblar un mundo nuevo e inquieto. Era también tan natural que la niña de nieve empezase a hablar... En labios de mi abuela, dentro del cuento y del paisaje, no podía ser de otro modo. Mi abuela decía, luego, que la niña de nieve creció hasta los siete años. Pero llegó la noche de San Juan. En el cuento, la noche de San Juan tiene un olor, una temperatura y una luz que no existen en la realidad. La noche de San Juan es una noche exclusivamente para los cuentos. En el que ahora me ocupa también hubo hogueras, como es de rigor. Y mi abuela me decía: «Todos los niños saltaban por encima del fuego, pero la niña de nieve tenía miedo. Al fin, tanto se burlaron de ella, que se decidió. Y entonces, ¿sabes qué es lo que le pasó a la niña de nieve?» Sí, yo lo imaginaba bien. La veía volverse blanda, hasta derretirse. Desaparecería para siempre. «¿Y no apagaba el fuego?», preguntaba yo, con un vago deseo. ¡Ah!, pero eso mi abuela no lo sabía. Sólo sabía que los ancianos campesinos lloraron mucho la pérdida de su pequeña niña.
No hace mucho tiempo me enteré de que el cuento de la Niña de Nieve, que mi abuela recogiera de labios de la suya, era en realidad una antigua leyenda ucraniana. Pero ¡qué diferente, en labios de mi abuela, a como la leí! La niña de nieve atravesó montañas y ríos, calzó altas botas de fieltro, zuecos, fue descalza o con abarcas, vistió falda roja o blanca, fue rubia o de cabello negro, se adornó con monedas de oro o botones de cobre, y llegó a mí, siendo niña, con justillo negro y rodetes de trenza arrollados a los lados de la cabeza. La niña de nieve se iría luego, digo yo, como esos pájaros que buscan eternamente, en los cuentos, los fabulosos países donde brilla siempre el sol. Y allí, en vez de fundirse y desaparecer, seguirá viva y helada, con otro vestido, otra lengua, convirtiéndose en agua todos los días sobre ese fuego que, bien sea en un bosque, bien en un hogar cualquiera, está encendiéndose todos los días para ella. El cuento de la niña de nieve, como el cuento del hermano bueno y el hermano malo, como el del avaro y el del tercer hijo tonto, como el de la madrastra y el hada buena, viajará todos los días y a través de todas las tierras. Allí a la aldea donde no se conocía el tren, el cuento caminando.

El cuento es astuto. Se filtra en el vino, en las lenguas de las viejas, en las historias de los santos. Se vuelve melodía torpe en la garganta de un caminante que bebe en la taberna y toca la bandurria. Se esconde en los cruces de los caminos, en los cementerios, en la oscuridad de los pajares. El cuento se va, pero deja sus huellas. Y aun las arrastra por el camino, como van ladrando los perros tras los carros, carretera adelante.

El cuento llega y se marcha por la noche, llevándose debajo de las alas la rara zozobra de los niños. A escondidas, pegándose al frío y a las cunetas, va huyendo. A veces pícaro, o inocente, o cruel. O alegre, o triste. Siempre, robando una nostalgia, con su viejo corazón de vagabundo.

FIN

lunes, 25 de abril de 2011

GONZALO ROJAS

Ha muerto Gonzalo Rojas, poeta chileno de 93 años, premio Cervantes 2003. Si os interesa su poesía erótica, a veces surrealista, de la que Gabriela Mistral comentó que le había provocado algo parecido al deslumbramiento de lo muy original, podéis leer Metamorfosis de lo mismo (Visor), cuyo título explica su forma de trabajar. 


Fax con ventolera


y una rosa, hoy 
salió de esto Rojas 
-Gonzalo como le pusieron en el agua-, iba solo, no hay 
epitafio que escribir en cuanto a su suerte, ni 
cuerpo que respirar, escasamente 
se dirá de él que vino 
rápido y ha salido, 
que ya no está entonces, que 
no hay estrellas para él, que carnalmente 
va encima del vidrio que lo encarcela una rosa 
a modo de instrumento de perdición, que ha salido 
y eso es todo.


sábado, 23 de abril de 2011

Narración de la semana

Hoy sábado 23 de abril se celebra El día del libro coincidiendo con el aniversario de la muerte de dos genios de la literatura universal:

Miguel de Cervantes y William Shakespeare.


Capítulo octavo del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación

En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:

–La aventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubrieron treinta, o poco más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer, que ésta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.

–¿Qué gigantes? –dijo Sancho Panza.

–Aquellos que allí ves –respondió su amo– de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.

–Mire vuestra merced –respondió Sancho– que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.

–Bien parece –respondió don Quijote– que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo, quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.

Y diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que, sin duda alguna, eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes iba diciendo en voces altas:

–Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete.

Levantóse en esto un poco de viento, y las grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual visto por don Quijote, dijo:

–Pues aunque mováis más brazos que los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar.

Y diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en el ristre, arremetió a todo galope de Rocinante y embistió con el primero molino que estaba delante; y dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí a caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo.

Acudió Sancho Panza a socorrerle, a todo el correr de su asno, y cuando llegó halló que no se podía menear: tal fue el golpe que dio con él Rocinante.

–¡Válgame Dios! –dijo Sancho–. ¿No le dije yo a vuestra merced que mirase bien lo que hacía, que no eran sino molinos de viento, y no lo podía ignorar sino quien llevase otros tales en la cabeza?

–Calla, amigo Sancho –respondió don Quijote–; que las cosas de la guerra, más que otras, están sujetas a continua mudanza; cuanto más, que yo pienso y es así verdad, que aquel sabio Frestón que me robó el aposento y los libros ha vuelto estos gigantes en molinos, por quitarme la gloria de su vencimiento: tal es la enemistad que me tiene; mas al cabo, han de poder poco sus malas artes contra la bondad de mi espada.

–Dios lo haga como puede –respondió Sancho Panza.

Y, ayudándole a levantar, tornó a subir sobre Rocinante, que medio despaldado estaba. Y, hablando en la pasada aventura, siguieron el camino […].

El poema de la semana

El lunes 18 de abril se cumplieron veinte años de la muerte del poeta GABRIEL CELAYA
A veces me figuro que estoy enamorado
A veces me figuro que estoy enamorado,
y es dulce, y es extraño,
aunque, visto por fuera, es estúpido, absurdo.
Las canciones de moda me parecen bonitas,
y me siento tan solo
que por las noches bebo más que de costumbre.
Me ha enamorado Adela, me ha enamorado Marta,
y, alternativamente, Susanita y Carmen,
y, alternativamente, soy feliz y lloro.
No soy muy inteligente, como se comprende,
pero me complace saberme uno de tantos
y en ser vulgarcillo hallo cierto descanso.

jueves, 21 de abril de 2011


Omnes homines natura scire desiderant 
«Todos los hombres desean por naturaleza saber». (Aristóteles)

miércoles, 13 de abril de 2011

14 de abril: Día de la República

El 14 de abril de 1931 se proclamó en España la II República.
Inmediatamente se redactó una Constitución que, entre otros principios, garantizaba la igualdad de derechos de los españoles ante la ley, el principio de laicidad (total eliminación de la religión en la vida pública), el reconocimiento del matrimonio civil y del divorcio y el derecho al voto femenino.
Su bandera tricolor (rojo, amarillo y morado) sigue siendo el símbolo de los que hoy en día aspiran a conseguir la III República como ideal de justicia social.
Este año se celebra su 80º aniversario.



martes, 12 de abril de 2011

domingo, 10 de abril de 2011

sábado, 9 de abril de 2011

Narración de la semana


El miércoles 6 de abril se cumplieron 68 años de la publicación de El Principito de A. Saint-Exupéry.

Si alguien ama a una flor de la que no existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Se dice: "Mi flor está allí, en alguna parte..." Y si el cordero come la flor, para él es como si, bruscamente, todas las estrellas se apagaran. Y esto, ¿No es importante?
No pudo decir más. Estalló en sollozos. La noche había caído. En una estrella, en un planeta había un principito que necesitaba consuelo. Lo tomé en mis brazos y lo acuné. Le dije: "La flor que amas no corre peligro...Dibujaré un bozal para tu cordero. Dibujaré una armadura para tu flor. (...)
Aprendí pronto a conocer a esa flor. En el planeta del principito siempre había habido flores muy simples, adornadas con una sola hilera de pétalos, que no molestaban a nadie. Aparecían por la mañana y luego se extinguían por la noche. Pero aquella había germinado de una semilla tardía. (...) Era muy coqueta. Su misterioso atavío había durado días y días y una mañana, a la hora de la salida del sol, se mostró.
-¡Ah!, acabo de despertarme...Perdóname... Todavía estoy despeinada.
El principito no pudo contener su admiración:
- ¡Qué hermosa eres!
-¿Verdad? -respondió suavemente la flor-. Y he nacido al mismo tiempo que el sol....
El principito advirtió que era demasiado modesta, ¡pero era tan conmovedora!...
-Creo que es la hora del desyuno -agregó enseguida la flor-. ¿Tendrías la bondad de acordarte de mí?
Y el principito confuso, habiendo ido a buscar una regadera de agua fresca, sirvió a la flor.

El poema de la semana

El 9 de abril de 1821 nació en París el poeta Charles Baudelaire.

Colores muestra,
cae como lluvia
de lentas lágrimas.

Así tu alma, incendiada
por la cruda luz del goce,
se lanza atrevida y rápida
Rrumbo a cielos encantados.
Moribunda, se transforma
en una triste ola lánguida
que, por invisible rampa,
se abisma en mi corazón

El amplio chorro
en flores mil,
donde Febea
colores muestra,
cae como lluvia
de lentas lágrimas.

¡Oh embellecida por la noche,
resulta dulce, sobre el seno,
escuchar el gemido eterno
que en el estanque solloza!
Agua, sonora, luna, noche,
estremecidos árboles en torno,
vuestra pura melancolía
es el espejo de mi amor.

El amplio chorro
en flores mil,
donde Febea
colores muestra,
cae como lluvia
de lentas lágrimas.

viernes, 8 de abril de 2011

Woyzeck, de Georg Büchner

La tragedia de Woyzech es la del ser humano que nació para la libertad y la belleza pero que, enloquecido de soledad, destruirá a quien ama y se destruirá a sí mismo. Sin haber llegado a comprender.

Cuenta con buenas interpretaciones, una gran escenografía y una ambientación musical que envuelve a la obra aportando un dramatismo a la altura de las grandes tragedias griegas.

Está en cartel en el teatro María Guerrero de Madrid hasta el 22 de mayo.

Muy recomendable.

jueves, 7 de abril de 2011

Homenaje a Gabriel Celaya en el centenario de su nacimiento

http://palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz1.php&wid=42&p=Gabriel_Celaya&t=Momentos_felices&o=Gabriel+Celaya
Pincha para oír su voz

caprichosdemarly.blogspot.com
¿Y por qué tan neutral, tan seguro de sí mismo
Don Neutrón?
Uno anda dando vueltas con sus eléctricas cargas
y él, estable, ni se entera
de que uno, aunque chiquito, podría como una broma
armarle la de no-Dios,
la desintegración.
Basta un salto, quanto o tanto,
¡y se acabó, señorón!

martes, 5 de abril de 2011

Boris. Club de lectura del 29 de marzo. Pincha en el enlace.

Teatro grecolatino: Festival de Mérida

Fundado por la actriz Margarita Xirgu en 1933 ( quien lo puso en marcha con la representación de Medea, adaptada por Miguel de Unamuno, que asistió al estreno junto a Manuel Azaña, presidente de la II República), el Festival de teatro grecolatino de Mérida, acaba de presentar su programación para este año 2011 que se desarrollará del 7 de julio al 28 de agosto.

Este año el certamen tiene un carácter marcadamente femenino: se estrena como directora del mismo Blanca Portillo, compartiendo trabajo con la directora adjunta y productora Chusa Martín que nos presentan como temática a desarrollar los valores de lo femenino en la Antígona de Sófocles.
A partir de ella se presentarán otras Antígonas como con la que se inaugura el Festival, la Antígona de Mérida, que pretende homenajear a la ciudad.

La mujer, la guerra, la historia de los muertos y el valor del teatro como elemento purificador serán los temas en torno a los que giren todos los espectáculos.

También, como novedad, se utilizarán otros espacios escénicos del conjunto monumental de la ciudad, como el Anfiteatro o el Foro romanos.

Para más información sobre el Festival pincha aquí.

LIBRO PARA LEER EN EL CLUB DE LECTURA


REBELIÓN EN LA GRANJA

De George Orwell :


Los animales de la granja de los Jones se sublevan contra sus dueños humanos y los vencen. Pero la rebelión fracasará al surgir entre ellos rivalidades y envidias, y al aliarse algunos con los amos que derrocaron, traicionando su propia identidad y los intereses de su clase.

domingo, 3 de abril de 2011

Un poema de Ángel González

Meriendo algunas tardes


Meriendo algunas tardes:
no todas tienen pulpa comestible.
Si estoy junto a la mar
muerdo primero los acantilados,
luego las nubes cárdenas y el cielo
—escupo las gaviotas—,
y para postre dejo las bañistas
jugando a la pelota y despeinadas.
Si estoy en la ciudad
meriendo tarde a secas:
mastico lentamente los minutos
—tras haberles quitado las espinas—
y cuando se me acaban
me voy rumiando las sombras,
rememorando el tiempo devorado
con un acre sabor a nada en la garganta. 

Ángel González
Si quieres escucharlo en la voz del poeta, pincha aquí.

Como borregos, de Kiko Pérez

Un cómic sobre las relaciones personales, los conflictos laborales, el mundo de Internet, el amor y otros temas comunes de la existencia cotidiana que aparecen ingeniosamente retratados en esta recopilación de tiras cómicas, protagonizadas por simpáticos animales que adoptan pensamientos y actitudes muy humanos. Más de 100 gags repletos de agudeza e ironía en los que el autor reflexiona sobre estos aspectos a través de las aventuras y desventuras de los borregos protagonistas. Un libro genuinamente divertido que ofrece distintas lecturas, con amigos, rivales, jefes y otros personajes sin nombre propio que cada lector identificará de acuerdo con sus circunstancias.
Editorial Kraken. 126 págs. (Sol-e).

sábado, 2 de abril de 2011

Curiosidades

Corría el año 1904 y aquella tertulia, que había abierto el gallego Ramón María Valle-Inclán en el Nuevo Café de Levante, hervía por las noches con la flor y la nata de los intelectuales de la Generación del 98 y los artistas más significados, entre ellos Ignacio Zuloaga, Gutiérrez Solana, Santiago Rusiño, Chicharro o Rafael Penagos. Y aquella tarde- noche del 13 de mayo de 1904 fue Pío Baroja el que sorprendió a todos los presentes. El motivo fue que cuando se estaba hablando de los españoles, y de sus clases o tipos ,el novelista vasco sorprendió a todos y dijo:

"La verdad es que en España hay siete clases de españoles...sí, como los siete pecados capitales.

A saber:
1) los que no saben

2) los que no quieren saber
3) los que odian el saber
4) los que sufren por no saber
5) los que aparentan que saben
6) los que triunfan sin saber, y

7) los que viven gracias a que los demás no saben.
Unamuno y Benito Perez Galdós aplaudieron a Baroja. Sobre todo por el último punto, el que dice "los que viven gracias a que los demás no saben". Estos últimos se llaman a si mismos "políticos " y a veces hasta "intelectuales".

Genial Baroja.