viernes, 8 de marzo de 2013

Mujeres en África

Tanto en las sociedades africanas tradicionales, como en las sociedades urbanas, predominan las sociedades en las que la situación social de la mujer es inferior a la del hombre en muchos aspectos de su vida familiar, cultural, política, ...

En medios rurales es habitual que la mayor parte de los trabajos (cuidado de la casa y de los hijos, recogida de agua y leña, preparación de alimentos, trabajos agrícolas y atención del ganado doméstico, ...) sean realizados por las mujeres, mientras los hombres pasan el tiempo reunidos entre ellos, bebiendo y tratando "asuntos de la comunidad". Esporádicamente, acuden al mercado para intentar vender productos que le reporte una ayuda en dinero en metálico. La escolarización femenina es mucho menor que la masculina. En muchos casos, la elección de compañero matrimonial está supeditado al visto bueno de la familia, que mira más los intereses familiares que los de la futura esposa. Una vez casada, no tiene voz ni voto en los asuntos familiares e, incluso, no se cuenta con ella en el caso de que el marido vaya a tomar una nueva esposa. En los nucleos urbanos, por su escasa capacitación para encontrar trabajo y ante la ausencia de oferta de empleo, muchas mujeres recurren a la prostitución como medio para tener una independencia económica al margen de la familia.
La discriminación legal es habitual. Por ejemplo, en la mayoría de los casos es menor la compensación y el castigo impueto en un asesinato, en el caso de una mujer que en el de un hombre; En muchas sociedades, le está negado a la mujer el derecho a iniciar un proceso de divorcio matrimonial; la actividad pública es algo generalmente reservado a los hombres; las normas morales suelen ser más rígidas para las mujeres que para los hombres; la brujería, uno de los delitos más graves en las sociedades tradicionales, ha sido causa de acusación para muchas más mujeres que hombres.
Son pocas las áreas en las que la mujer tiene un reconocimiento mayor que el hombre. Por ejemplo, la maternidad suele estar más valorada que la paternidad; en algunas religiones tradicionales, suele predominar la mujer sobre el hombre, en el ejercicio del sacerdocio, intermediaria entre vivos y difuntos o como adivina; a veces, su poder ha sido tan grande que como en el caso del Pueblo Zulu, han llegado a nombrar y destituir reyes, o como en el caso de Nehanda a dirigir la guerra de liberación en Zimbabwe; en muchos paises, el comercio minoriata es, mayoritariamente, ejercido y controlado por mujeres.


A diferencia de los paises del norte, en Africa y otros paises del sur cientos de miles de mujeres mueren anualmente como resultado de complicaciones relacionadas con el embarazo, consecuencia del fracaso o la ausencia de servicios asistenciales adecuados. Muchas de las muertes ocurridas por las interrupciones del imbarazo sin las necesarias medidas y medios sanitarios podrían evitarse con una mejora de los servicios de información y ayuda para la contracepcion.
La postura de las autoridades religiosas, aunque no todas mantengan los mismos criterios, en general es de oposición a la utilización de medios anticonceptivos.
El SIDA, que está causando estragos en muchas sociedades africanas, es especialmente trascendental en cuanto a la transmisión de la enfermedad a los hijos, ya antes de su nacimeiento.
La mutilación genital femenina continúa poniendo la salud de muchas mujeres en riesgo, además de considerarse como un atentado a los derechos de la persona. Se estima que entre 80 y 100 millones de mujeres la padecen en la actualidad esta mutilación, en zonas de 28 paises de los 53 paises africanos.




Sin entrar en el papel fundamental que la mujer juega en la economía familiar en gran parte de
Africa y su posición preferente en el control del pequeño comercio, el sistema  financiero utilizado tradicionalmente por las mujeres de gran parte del Africa subsahariana, especialmente en Africa central funciona de la siguiente manera: Un grupo de mujeres (amigas, vecinas, familiares, ...) se juntan y deciden crear una musika comprometiéndose las participantes a aportar regularmente (semanal, mensualmente) una pequeña cantidad de dinero. De forma rotativa, cada una de las participantes irá teniendo acceso al dinero ahorrado cuando necesiten recurrir al mismo para hacer frente a un gasto familiar, o una compra extraordinaria, o para iniciar un pequeño negocio, ...
La imposibilidad para acceder al sistema financiero bancario ha hecho que muchas actuales empresarias africanas comenzaron su andadura a través de este sistema de financiación.

Actualmente, están muy extendidos los llamados microcréditos para la puesta en marcha de pequeños negocios personales, familiares o en cooperativa y de los que las mujeres suelen ser las principales beneficiarias. Estos microcréditos son prestados por instituciones públicas y privadas, nacionales e internacionles, siendo, quizás, la institución más representativa el Banco Mundial de la Mujer, fundado por la ghanesa Esther Afua Ocloo.


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