sábado, 25 de enero de 2014

SANTA ÁGUEDA

Por si acaso alguien no la conoce... 


Santa Águeda es una de las vírgenes y mártires cristianas más populares de la antigüedad.
Nacida en Catania hacia el año 230, de nobles y ricos padres, dedicó su juventud al servicio del Señor, a quien no dudó en ofrecer no ya sólo su vida, sino también su virginidad y las gracias con que profusamente se veía adornada.

La joven Águeda  rechazó el amor del cónsul romano Quintiliano y según la tradición éste la sometió  a duras torturas. En venganza por no conseguir sus placeres la envía a un lupanar regentado por una mujer llamada Afrodisia, donde milagrosamente Águeda conserva su virginidad. Aún más enfurecido, ordenó que torturaran a la joven y que le cortaran los senos. La respuesta de la que posteriormente sería santa fue:

"Cruel tirano ¿no te da vergüenza torturar en una mujer el mismo seno con el que de niño te alimentaste?".

No se sabe con certeza si murió en manos de Quintiliano, durante las persecuciones a los cristianos o cincuenta años después de estos hechos.
Según cuentan el volcán Etna hizo erupción un año después de la muerte de la Santa en el 252 y los pobladores de Catania pidieron su intervención logrando detener la lava a las puertas de la ciudad. Desde entonces es patrona de Catania y de toda Sicilia y de los alrededores del volcán e invocada para prevenir los daños del fuego, rayos y volcanes. También se recurre a ella con los males de los pechos, partos difíciles y problemas con la lactancia. 
En general, se la considera protectora de las mujeres.
Es la patrona de las enfermeras y su Santo se celebra el 5 de febrero.

En Zaragoza es una tradición que se cumple rigurosamente cada año. Cientos de mujeres acuden a la iglesia del Portillo para rezar ante la imagen de Santa Águeda, patrona de las madres, las nodrizas y de todas las mujeres en general. El interior del templo alberga, además, un relicario con un fragmento del cráneo de Santa Águeda. En otras iglesias como San Felipe o Santiago el Mayor también cuentan con tallas frente a las que se reza a la virgen.
Y después, el momento dulce: Las tetas de Santa Águeda.





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