POESÍA
CATEGORÍA A
CATEGORÍA A
Día a día me despierto
con una alegre sonrisa,
es ella la culpable
de que me derrita
cual helado de vainilla.
Perplejo cuando la escucho
cuando rozo sus labios
pero quedará en olvido
cuando termine el teatro.
Mi intención es quererla
hasta que el adiós lo decida
hasta que se acabe su vida, y,
la muerte, consiga vencerla.
Morirá con mi recuerdo
de lo que sentía por ella,
un sentimiento, llamado amor
que se acaba con el tiempo.
Spiderman (Juan Camilo Velásquez)
CATEGORÍA B
Mar de fuego
Eres inalcanzable,
pero aún así,
te observo desde la distancia.
Adoro tus movimientos.
Te miro
y no dejo de pensar en esa sonrisa,
esa sonrisa en la que me reflejas con tanta fuerza...
Pero al final,
descubro que tan solo soy yo.
Intento bucear en tu profundidad,
y cuanto más me adentro
más lejos estás.
Veo mi fuerza, mis rayos,
ese calor...
Pero yo quiero sentirte.
Encontrar esa energía
para que me ayudes a seguir buscándote.
Y así
no sentirme perdido en este mar de fuego.
Espejismos (Sara Ruiz)
MICRORRELATOS
CATEGORÍA A:
MICRORRELATOS
CATEGORÍA A:
Un lugar para soñar
Siempre
que voy allí siento que viajo al pasado. Que solo abriendo sus
puertas de roble macizo, entro en un mundo de misterios y enigmas sin
resolver. Todo está lleno de polvo y un señor mayor que ronda los
ochenta, te mira desde un destartalado escaparate con sus ojitos
oscuros, a veces tan fijamente que puede llegar a dar miedo. Sin
embargo, para mí, este señor mayor, es mi escape del mundo
exterior. Con su voz rasposa y llena de experiencia me cuenta
historias de grandes héroes, de inmensas guerras, de hermosas damas,
de lejanos parajes llenos de criaturas fantásticas…Cada objeto
tiene su historia. Y jamás me cansaré de escucharlas. Porque,
aunque a algunas personas les pueda resultar aburrido y puedan llegar
a pensar que este anciano no es más que un viejo chiflado en medio
de una habitación llena de cosas rotas e inservibles, yo entre estas
cuatro paredes siempre podré soñar.
TORMENTA (Marta Ciancas)
CATEGORÍA B
Mac
Mac.
¿Quién era Mac? ¿Qué era Mac?
Mac no
era una chica ni un chico. No era ni una rana, ni un halcón. Ni un
sauce ni una encina. Ni un lápiz ni una silla.
Mac,
era un beso. Tiempo atrás, su dueño lo había lanzado al aire, con
la esperanza de que ayudara algún día a alguien que de verdad lo
necesitara, y desde entonces, Mac vagaba por el mundo, buscando a la
persona que le necesitara.
Tal
vez fuese aquella chica, que se había quedado sin padres. O quizá
fuese ese niño que jugaba en un rincón. Por mucho que quisiera, Mac
no podía ayudarles. Su objetivo era otro. Su objetivo era aquella
pareja que estaba en pie, un poco incómoda. Le dio un leve empujón
al hombre, y este plantó sus labios en los de la mujer. Mac se puso
entre ambos, siendo así un beso compartido.
TIBBIE (Isabel de Lózar)
CUENTO
CATEGORÍA A
(Fragmento)
Las Hilanderas
Aún sigo buscando aquel cuadro, ese de Velázquez llamado Las Hilanderas. Sé que sigue intacto pero, aunque haya buscado en todos los museos de Madrid, sigo sin hallarlo. Hace ya más de cinco años que me contaron la misteriosa historia que estaba relacionada con él.
Era una tarde de agosto cuando Caléndula, una anciana que vivía en una casita situada en el hayedo de Montejo de la Sierra, terminó de leerse un libro que trataba sobre mitología griega. Entonces llamó a Orión, su gato, y le dijo que ya sabía su secreto y que se lo podría demostrar yendo al Museo del Prado, en Madrid. Misteriosamente tardaron poco menos de diez minutos en llegar al metro que, para su sorpresa, estaba casi vacío. Mientras esperaban, el gato se apartó del lado de Caléndula y, segundos después, esta tropezó y cayó a las vías donde el metro la atropelló. Al día siguiente descubrieron que faltaba un cuadro, el de Las Hilanderas, en el Museo del Prado, y comenzaron a investigar. (...)
"No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan valiosa como necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura"
(Aroa Coca)
(Aroa Coca)
CATEGORÍA B
(Fragmento)
Cuando pensar esté anticuado
Tengo sueño, y puede que no duerma esta noche, otra vez, es decir, quiero dormir pero no puedo. Estoy tan cansado que ya ni me considero humano. De vez en cuando me entran alucinaciones, miro mis manos y saco tornillos, láminas y barras de metal oxidadas de ellas. También sueño mucho, aunque no duerma nunca y sueño con mi futuro y por supuesto con el de todos los trabajadores de esta fábrica. Me imaginoo que en un futuro todos seremos máquinas pegadas al suelo de la fábrica, y en vez de trabajar, nos instalarán un software nuevo y nos insertarán un pendrive con los trabajos que debamos realizar, y no quiero ni saber por dónde nos meterán ese pendrive. Puede incluso que nos instalen una aplicación llamada Fotosíntesis, para no tener que levantarnos a comer todo el rato: ya que "los trabajadores comemos tanto ..." (...)
Into the wild (Félix Ernst)
Preciosos fragmentos. Preciosos poemas.
ResponderEliminarEs un placer leeros. Gracias Ana por publicarlos.
Enhorabuena a todos y ¡no dejéis nunca de escribir...!