No dejéis de ver mientras permanezca en el cine una película que está siendo premiada en todos los festivales y que ha conquistado a los más adustos críticos cinematográficos: The artist. No siempre los premios (ni los críticos) son fiables, pero cuando las opiniones son unánimes deberíamos dejar de lado los prejuicios. Ya sé que a priori resulta poco atrayente: una película en blanco y negro y además muda, sin embargo, desde el momento en que comienza, mantiene la atención del espectador y le contagia un optimismo que ya no le abandona ni siquiera cuando sale del cine. A ello contribuye en gran medida la música, protagonista sin duda de la historia, pero también la expresividad de los actores -humanos y caninos-. La película sigue la sencilla fórmula de las grandes producciones: buenos actores, buena música, un gran guion y añade que su argumento es un entusiasta homenaje al séptimo arte. Viendo esta magnífica obra se siente admiración por la capacidad que tenemos los seres humanos de crear, de seguir creando cuando parece que todo está inventado. Qué va, The artist demuestra que en el cine queda mucho por decir, incluso sin palabras.
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