La nueva edición de Ortografía que fue publicada el pasado mes de diciembre por la Real Academia Española introduce ciertas actualizaciones e innovaciones. Así lo indicó su coordinador, Salvador Gutiérrez Ordóñez, quien insiste en que la nueva edición no es “en absoluto revolucionaria” en comparación con la edición anterior de 1999.
Para la nueva edición, se proponen las siguientes modificaciones:
- Unificar el nombre de las letras del alfabeto: la b será be (ya no más be alta o be larga); la v será uve (be baja o be corta); y será ye, derivada de su uso consonántico (sonoro) propio de numerosos países (y no más i griega). Con esta última modificación deja de existir la denominación de i latina para ser simplemente i.
-La Ch y la Ll dejan de ser letras del alfabeto con lo cual las letras del abecedario pasan a ser 27.
-Tradicionalmente, la tilde diacrítica se utiliza para diferenciar dos palabras de igual escritura pero con categoría gramatical distinta. Solo se escribía sin tilde cuando su función era la de adjetivo como en Me encuentro solo. Su uso se contraponía al sólo con tilde cuando tenía función de adverbio: Sólo necesito paz. La nueva edición de Ortografía propone no tildar solo cualquiera sea la función que cumpla en la oración. Asimismo, no será necesario poner tilde a los pronombres demostrativos tradicionalmente utilizada para distinguirlos de los adjetivos demostrativos. Ese auto es rojo (adjetivo demostrativo); Ése es verde (pronombre demostrativo).
Estos casos, al no ajustarse estrictamente a las reglas de la tilde diacrítica, ya que no se opone una palabra tónica a una átona, desde 1959, se estableció que no era obligatorio el acento gráfico excepto en casos de ambigüedad. Siendo los casos de ambigüedad poco frecuentes y siendo el contexto quien los desambigua, “se acuerda que se puede no tildar el adverbio solo y los pronombres demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad”.
- De acuerdo con la Comisión Interacadémica, guion no debería llevar acento. Considera que palabras como guion (guión), fie (fié), hui (huí) son monosílabas a los efectos ortográficos y a partir de ahora, el hecho de usar la tilde se considera un error.
- La o entre dos cifras ya no deberá tildarse, pues con el uso extendido de la computadora no hay peligro de confusión entre el 0 y la o debido a la diferencia de tamaño.
- Como explica el coordinador de la nueva ortografía, “En nuestro sistema de escritura la letra q solo representa al fonema /k/ en la combinación qu ante e o i (queso, quiso).” Entonces, por esta razón escribir con q algunas palabras como Iraq, Qatar resultaba una incongruencia. Por lo que ahora deben escribirse así: Irak, Catar y cuórum. Si se escribieran con q, se considerarán extranjerismos y por lo tanto, se empleará cursiva y no llevarán tilde.
- El prefijo "ex" se escribirá unido a la base léxica si afecta a una sola palabra: "exmarido", "exministro", "exdirector" y continuará escribiéndose separado cuando preceda a palabras compuestas: "ex capitán general".
- La escritura con "q" de algunas palabras (Iraq, Qatar, quásar, quórum) representaba "una incongruencia con las reglas". Para evitarla han decidido escribirlas con "c" o con "k", según los casos: Irak, Catar, cuásar cuórum. Quienes prefieran la grafía originaria, tendrán que hacerlo como si fueran extranjerismos crudos y escribirlas en cursiva y sin tilde.
Claramente vemos como la RAE con sus modificaciones, se coloca más del lado del uso que de la normativa. Por eso, Salvador Gutiérrez Ordóñez, la define como “razonada y exhaustiva pero simple y legible”. Y sobre todo “coherente” con los usos de los hablantes y las reglas gramaticales. Sin embargo, estas propuestas no son firmes, ya que recibirán el visto bueno el 28 de este mes cuando se reúnan las Academias de la Lengua Española en Guadalajara (México).
elpaís.com
( Y yo me pregunto si estos cambios enriquecen o empobrecen la lengua...)
En mi opinión, estos cambios, que son mínimos y tienden a la simplificación de la norma, ni empobrecen ni enriquecen, simplemente tratan de unificar el uso de una lengua hablada por 450 millones de hablantes de más de 20 países diferentes. Algunas de las propuestas más polémicas finalmente han sido desechadas. Otras no suponen ninguna novedad, pues ya estaban en la edición de 1999. Lo único que puede resultar preocupante es que la RAE propone soluciones para la adaptación de extranjerismos que entran en contradicción con las del Diccionario Panhispánico de Dudas, que es también de la Academia. Por lo demás, ha sido mucho ruido y pocas nueces, pero, al menos, la polémica demuestra que existe interés por la lengua, un organismo vivo que finalmente quedará constituido según la voluntad de los hablantes, por mucho que propongan las instituciones oficiales.
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