domingo, 6 de abril de 2014

LETRA PARA CANTAR UN DÍA DE DOMINGO

ÁNGEL GONZÁLEZ

 LETRA PARA CANTAR UN DÍA DOMINGO 

 

Y a última hora no quedaba nada: 

ni siquiera las hojas de los árboles 

-acacias-, ni el viento de la tarde, 

ni la alegría, ni la desesperanza. 

La caricia que pudo haber rozado 

aquella piel, no se produjo porque 

aquella piel no era la tuya, 

ni los ojos 

que me miraban eran 

tus ojos, ni el deseo 

-que en otro tiempo hubiera sido 

suficiente- 

tenía sentido, desviado 

del cauce de ti misma. 

 

A última hora había pasado un día, 

y al sentirlo hecho sombra, y polvo, y nada, 

comprendí que la luz que había llenado 

sus horas, 

y todas las palabras 

que ocuparon mi boca, y los gestos 

de mis manos, 

y la fatalidad de mis designios, 

y las calles que anduve paso a paso, 

y el vino que bebí, y la alegría 

de saber que existías en el mismo 

instante, 

no eran sólo el fracaso repetido 

del Día del Señor, sino que eran 

un día más sin ti: 

comprendí con dolor que jamás, nunca 

para mí habría domingos ni esperanza 

fuera de tu mirada y tu sonrisa, 

lejos de tu presencia tibia y clara. 


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