lunes, 6 de octubre de 2014

QUERIDO LECTOR

Querido lector:
Esta semana volvemos a escribir un poema. Tengo aquí uno de Carmen Conde,... completo, breve e intenso...
Disfruta de su lectura.
Yo no te pregunto adónde me llevas.
Ni por qué.
Ni para qué.
¿Tú quieres caminar?, pues yo te sigo.

Llevo luceros, luceros, en la mano derecha. Y llevo estrellas,
estrellas, en la mano izquierda.
Dime, hombre de todas las noches de luna, ¿qué mano va a
besarme?

¿Por qué me has quitado tus manos, tanto y tan bien como
acariciaban mi frente?
Para que me quisieras otra vez, te regalaría un collar de
islas, un sistema nervioso de horizontes.
¡Me abriría, para ti, todas las mañanas en tus labios!

Yo soy más fuerte que tú, porque me apoyo en ti.

¡Asómate a mí, que soy una torre!
¡Asómate a mí: soy aquella palmera de tu huerto, que latía contigo!
                                                                           
¡Echa al aire mis campanas y mis palmas!
Yo soy tu panorama.


Con cariño poético,
Lizzie Bennet

lunes, 30 de junio de 2014

Ana Mª Matute

El miércoles 25 de junio moría en Barcelona, a los 88 años, Ana Mª Matute, la niña de los cabellos blancos.
  
Ana María Matute Ausejo,  novelista española,  miembro de la Real Academia Española (la tercera mujer que ingresaba), donde ocupaba el asiento «K» (ocupado anteriormente por Carmen Conde), y la tercera mujer en recibir el Premio Cervantes en 2010.

Ana María Matute  nació en Barcelona el 26 de julio de 1925 en el seno de una familia acomodada.A los cinco años, tras pasar por una enfermedad grave, escribe su primer cuento, ilustrado por ella misma.
Con 10 años escribe una revista ambiciosa, Shibyl, vuelve a encargarse de las ilustraciones. Escribe su primera novela, Pequeño teatro a los 17. Ignacio Agustí, director de la editorial Destino, le ofrece un contrato. Sin embargo, la obra no se publicará hasta 8 años después.En 1949 escribe Luciérnagas y queda semifinalista del Premio Nadal, pero la censura le impide publicarla.  
En 1960 comienza su trilogía Los mercaderes  con Primera memoria, la continuará con Los soldados lloran de noche y la termina con La trampa.

  

Fragmento de Paraíso inhabitado


I
Nací cuando mis padres ya no se querían. Cristina, mi hermana mayor, era por entonces una jovencita displicente, cuya sola mirada me hacía culpable de alguna misteriosa ofensa hacia su persona, que nunca conseguí descifrar. En cuanto a mis hermanos Jerónimo y Fabián, gemelos y llenos de acné, no me hacían el menor caso. De modo que los primeros años de mi vida fueron bastante solitarios.

Uno de mis recuerdos más lejanos se remonta a la noche en que vi correr al Unicornio que vivía enmarcado en la reproducción de un famoso tapiz. Con asombrosa nitidez, le vi echar a correr y desaparecer por un ángulo del marco, para reaparecer enseguida y retomar su lugar; hermoso, blanquísimo y enigmático.

Nunca supe por qué razón el Unicornio había intentado escapar del cuadro y durante mucho tiempo me intrigó, y aun me atemorizó un poco. Por aquellos días yo no debía de tener más de cinco años -quizá sólo cuatro-, pero ese recuerdo tiene un lugar relevante entre los primeros de mi vida. A veces, los recuerdos se parecen a algunos objetos, aparentemente inútiles, por los que se siente un confuso apego. Sin saber muy bien por qué razón, no nos decidimos a tirarlos y acaban amontonándose al fondo de ese cajón que evitamos abrir, como si allí fuéramos a encontrar alguna cosa que no se desea, o incluso se teme vagamente.

Más o menos por aquellos tiempos en que vi echar a correr al Unicornio, fui enterándome, poco a poco, de que había nacido a destiempo. La primera noticia concreta la tuve durante mis prolongadas escuchas bajo la mesa del cuarto de la plancha. Junto a la cocina y el antiguo cuarto de jugar -ahora convertido en cuarto de estudio, porque Jerónimo y Fabián estudiaban allí, y aparentemente ya nadie jugaba en aquella familia- eran mis espacios habituales.

Las personas más cercanas a mí eran precisamente las que los frecuentaban y ocupaban: Tata María y la cocinera Isabel. Escondida debajo de la mesa de la plancha, escuchaba sus conversaciones, a menudo tan misteriosas que, cuando hablaban del mundo y la vida en general, me despertaban innumerables preguntas, pero si se referían a mí resultaban muy claras. De este modo tuve el temprano conocimiento de que había nacido tarde y en el momento menos oportuno para la familia.

lunes, 23 de junio de 2014

Graduación

El miércoles 18 de junio tuvo lugar la ceremonia de graduación de los alumnos de 4º de ESO.  Como ha venido sucediendo en los últimos años, la ceremonia tuvo lugar en el Teatro Municipal  Las Cigüeñas de Hoyo de Manzanares y después, alumnos, familia, anigos y profesores se trasladaron al instituto para disfrutar de una estupenda merienda.


La ceremonia comenzó con un discurso de Paloma y  contó con varias actuaciones y discursos por parte de alumnos y profesores (nuestra compañera de departamento: Sonia, les dedicó unas palabras muy bonitas y muy emotivas a todos ellos).  
A continuación, la entrega de diplomas por parte de las tres tutoras de 4º de ESO: Belén (4ºA), Eloísa (4ºB) y Elisa (4º Diver)  y por último,  el vídeo que todos los años prepara Lydia con las fotos de los chicos.  Un recuerdo preciosos de su paso por el instituto.  






No pude hacer más fotos, pero prometo conseguir alguna más y subirlas para que podais verlas.  

Enhorabuena a todos los que habéis hecho posible este día tan especial para nuestros alumnos: Belén, Lydia y  Sonia, que llevan en esto desde que empezó el curso y decidieron ayudar y organizar el viaje de fin de curso con ellos, a Rodrigo, Javier, Chema y  Peyo que aportaron su granito de arena musical, a las personas que han ayudado con el  traslado de los instrumentos musicales desde el instituto,a los chicos que decoraron el escenario con 300 globos, a todas las personas que durante la ceremonia estuvieron preparando la merienda en el instituto para que todo estuviera perfecto cuando llegaran los alumnos con sus familias.
En fin, GRACIAS a todos.