lunes, 27 de febrero de 2012

BISIESTO

Desde que Julio César creó el calendario que llamamos juliano, hace dos mil años, un año de cada cuatro es bisiesto, es decir, febrero tiene 29 días en vez de 28. Este ajuste se hizo necesario porque la duración del año —una vuelta completa de la Tierra en su órbita— no es de 365 días exactos, sino de 365 días, 5 horas y 56 minutos.
El calendario juliano no era, pues, lo suficientemente preciso y en 1582 sufrió algunas modificaciones impuestas por el papa Gregorio X mediante la bula Inter gravíssimas, que dio origen al denominado calendario gregoriano, vigente hasta hoy.
¿Por qué bisiesto? Veamos: en los tiempos de Julio César, el primer día de cada mes se llamaba calendas; el séptimo, nonas, y el decimoquinto, idus. Los romanos llamaban primus dies ante calendas martii (primer día antes de las calendas de marzo) al 28 de febrero; el 27 de febrero era el secundus dies ante calendas martii (segundo día antes de las calendas de marzo); el 26 de febrero, tertius dies.., y así sucesivamente.
Para introducir su novedad —el año bisiesto—, Julio César intercaló un día entre el sexto y el quinto día antes de las calendas, es decir, entre los días que hoy llamamos 23 y 24 de febrero. Este día adicional fue llamado bis sextus dies ante calendas martii, o sea, 'doble día sexto antes de las calendas de marzo', y el año que contenía ese día se llamó bissextus. (El castellano.org).



domingo, 26 de febrero de 2012

El futuro


El 26 de febrero de 1802 nace en Besanzon (Francia) Víctor Hugo, uno de los escritores románticos más importantes. Dramaturgo, poeta, político, académico e intelectual en lengua francesa.

"El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad".

Suite francesa


Suite francesa es un libro incompleto. Su autora, Irène Némirovsky, de origen ruso y ascendencia judía, fue detenida por los franceses en julio de 1942 y asesinada en Auschwitz pocos días después. Su idea de escribir una gran novela en cinco partes, sobre la situación de la Francia ocupada por los nazis, se vio truncada por ese asesinato y lo único que la autora nos dejó fueron las dos primeras piezas de su composición: Tempestad en junio’ y Dolce.

En la primera parte se narra la huida de París de varios personajes que volverán a aparecer a lo largo del libro.

En ‘Dolce’, la historia da un pequeño salto temporal y nos sitúa unos meses después, con la mitad de Francia ya ocupada y las tropas alemanas asentadas en el país. Ahora la narración se centra en mostrar esa convivencia forzosa de vencedores y vencidos, que provoca situaciones muy diversas, desde violentos roces hasta enamoramientos apasionados. De nuevo Némirovsky se muestra especialmente sañuda con sus compatriotas, mientras que los alemanes son presentados como personas correctas, y hasta cierto punto amables y considerados con sus ‘anfitriones’.

Suite francesa es un libro imprescindible. Tierno, entretenido, en ocasiones muy irónico, y a la vez muy duro.


miércoles, 22 de febrero de 2012

El 22 de febrero de 1939 murió Antonio Machado











Nuestras horas son minutos
cuando esperamos saber,
y siglos cuando sabemos
lo que se puede aprender.

...
Ni vale nada el fruto 
cogido sin sazón... 
Ni aunque te elogie un bruto 
ha de tener razón. 
...

De lo que llaman los hombres 
virtud, justicia y bondad, 
una mitad es envidia, 
y la otra, no es caridad. 
...
En preguntar lo que sabes 
el tiempo no has de perder.. 
Y a preguntas sin respuesta 
¿quién te podrá responder? 
...
La envidia de la virtud 
hizo a Caín criminal. 
¡Gloria a Caín! Hoy el vicio 
es lo que se envidia más. 
...
¡Ojos que a luz se abrieron 
un día para, después, 
ciegos tornar a la tierra, 
hartos de mirar sin ver!
(Proverbios y cantares)

sábado, 18 de febrero de 2012

Todo el año es carnaval


No hace muchas noches que me hallaba encerrado en mi cuarto, y entregado a profundas meditaciones filosóficas, nacidas de la dificultad de escribir diariamente para el público. ¿Cómo contentar a los necios y a los discretos, a los cuerdos y a los locos, a los ignorantes y los entendidos que han de leerme, y sobre todo a los dichosos y a los desgraciados, que con tan distintos ojos suelen ver una misma cosa?

Animado con esta reflexión, cogí la pluma y ya iba a escribir nada menos que un elogio de todo lo que veo a mi alrededor, el cual pensaba rematar con cierto discurso encomiástico acerca de lo adelantado que está el arte de la declamación en el país, para contentar a todo el que se me pusiera por delante, que esto es lo que conviene en estos tiempos tan valentones que corren; pero tropecé con el inconveniente de que los hombres sensatos habían de sospechar que el dicho elogio era burla, y esta reflexión era más pesada que la anterior. [...]

Ya que sin respeto a mis lectores me he metido en estas reflexiones filosóficas, no dejaré pasar en silencio antes de concluirlas la más principal que me ocurría.

¿QUÉ MEJOR CARETA QUE LA HIPOCRESÍA?

¿Qué mejor careta ha menester don Braulio que su hipocresía? Pasa en el mundo por un santo, oye misa todos los días, y reza sus devociones; a merced de esta máscara que tiene constantemente adoptada, mirad cómo engaña, cómo intriga, cómo murmura, cómo roba…

¡Qué empeño de no parecer Julianita lo que es! ¿Para eso sólo se pone un rostro de cartón sobre el suyo? ¿Teme que sus facciones delaten su alma? Viva tranquila; tampoco ha menester careta. ¿Veis su cara angelical? ¡Qué suavidad! ¡Qué atractivo! ¡Cuán fácil trato debe de tener! No puede abrigar vicio alguno. Miradla por dentro, observadores de superficies: no hay día que no engañe a un nuevo pretendiente; veleidosa, infiel, perjura, desvanecida, envidiosa, áspera con los suyos, insufrible y altanera con su esposo: ésa es la hermosura perfecta, cuya cara os engaña más que su careta.

¿Veis aquel hombre tan amable y tan cortés, tan comedido con las damas en sociedad? ¡Qué deferencia! ¡Qué previsión! ¡Cuán sumiso debe ser! No le escoja sólo por eso para esposo, encantadora Amelia; es un tirano grosero de la que le entrega su corazón. Su cara es también más pérfida que su careta; por ésta no estás expuesta a equivocarte, porque nada juzgas por ella; ¡pero la otra…! Imperfecta discípula de Lavater, crees que debe ser tu clave, y sólo puede ser un pérfido guía, que te entrega a tu enemigo.

Bien presumirá el lector que al hacer estas metafísicas indagaciones algún pesar muy grande debía afligirme, pues nunca está el hombre más filósofo que en sus malos ratos; el que no tiene fortuna se encasqueta su filosofía, como un falto de pelo su bisoñé; la filosofía es, efectivamente, para el desdichado lo que la peluca para el calvo; de ambas maneras se les figura a entrambos que ocultan a los ojos de los demás la inmensa laguna que dejó en ellos por llenar la naturaleza madrastra.

Así era: un pesar me afligía. Habíamos entrado ya en uno de los principales bailes de esta corte; el continuo transpirar, el estar en pie la noche entera, la hora avanzada y el mucho cavilar, habían debilitado mis fuerzas en tales términos que el hambre era a la sazón mi maestro de filosofía. Así de mi amigo, y de común acuerdo nos decidimos a cenar lo más espléndidamente posible. ¡Funesto error!

Así se refugiaban máscaras a aquel estrecho local, y se apiñaban y empujaban unas a otras, como si fuera de la puerta las esperase el más inminente peligro. Iban y venían los mozos aprovechando claros y describiendo sinuosidades, como el arroyo que va buscando para correr entre las breñas las rendijas y agujeros de las piedras.

Era tarde ya; apenas había un plato de que disponer; pedimos sin embargo, de lo que había, y nos trajeron varios restos de manjares que alguno que había cenado antes que nosotros había tenido la previsión de dejar sobrantes. “Hicimos semblante” de comer, según decían nuestros antepasados, y como dicen ahora nuestros vecinos, y pagamos como si hubiéramos comido.

Ésta ha sido la primera vez en mi vida, salí diciendo, que me ha costado dinero un rato de hambre.

Mariano José de Larra

Carnaval



Origen del CARNAVAL

La celebración del Carnaval tiene su origen probable en fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco, el Dios del vino, o las que se realizaban en honor del buey Apis en Egipto.

Según algunos historiadores, su origen se remonta a Sumeria y Egipto, hace más de 5,000 años, con celebraciones similares en la época del Imperio Romano, desde donde se difundió la costumbre por Europa, siendo llevado a América por los navegantes españoles y portugueses a partir del siglo XV.

El Carnaval "Cristiano"

El Carnaval se celebra en los países que tienen tradición cristiana, precediendo a la cuaresma. Por lo general, en muchos lugares se celebra durante tres días, y se los designa con el nombre de carnestolendas. Son los tres días anteriores al Miércoles de Ceniza, que es el día en que comienza la Cuaresma en el Calendario Cristiano.

El término carnaval proviene del latín medieval "carnelevarium", que significaba "quitar la carne" y que se refería a la prohibición religiosa de consumir carne durante los cuarenta días que dura la cuaresma.

En la Edad media, tan inflexible en los ayunos, abstinencias y cuaresmas, y con persecuciones a quienes no respetaban las normas religiosas, sin embargo, renació el carnaval. En esa época, se celebraba con juegos, banquetes, bailes y diversiones en general, con mucha comida y mucha bebida, con el objeto de enfrentar la abstinencia con el cuerpo bien fortalecido y preparado.

En la España de los Reyes Católicos ya era costumbre disfrazarse en determinados días con el fin de gastar bromas en los lugares públicos. Más tarde, en 1523, Carlos I dictó una ley prohibiendo las máscaras y enmascarados. También Felipe II prohibió las máscaras y fue Felipe IV, quien las restauró en todo su esplendor.

martes, 14 de febrero de 2012


Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.
(Mahatma Gandhi)

jueves, 9 de febrero de 2012

El hombre pequeñito
saludó al muy solemne,
sacó una servilleta
y dibujó un gran mapa
de su pequeña patria.

Puso en ella
barquitos de papel, colores, árboles,
unos peces azules
nadando en la mañana
y hasta un pájaro pinto.

El muy solemne extrajo
del profundo chaleco
dos soldados de plomo.

El pequeñito
recogió con cuidado
de no perder migaja
su patria servilleta
y se fue como vino.

El vencedor pestañeó perplejo
con sus sólidos párpados de palo. (José Ángel Valente)

domingo, 5 de febrero de 2012

"A mi corazón el domingo"


Esta semana ha muerto a los 88 años la poetisa polaca Wislawa Szymborska, premio nobel de Literatura en 1996. Una veintena de poemarios forman su obra, que encierran reflexiones filosóficas de nuestra época. Llegó a ser considerada la“Mozart de la poesía”.

A mi corazón el domingo

Gracias te doy, corazón mío,
por no quejarte, por ir y venir
sin premios, sin halagos,
por diligencia innata.

Tienes setenta merecimientos por minuto.
Cada una de tus sístoles
es como empujar una barca
hacia alta mar
en un viaje alrededor del mundo.

Gracias te doy, corazón mío,
porque una y otra vez
me extraes del todo,
y sigo separada hasta en el sueño.

Cuidas de que no me sueñe al vuelo,
y hasta el extremo de un vuelo
para el que no se necesitan alas.

Gracias te doy, corazón mío,
por haberme despertado de nuevo,
y aunque es domingo,
día de descanso,
bajo mis costillas
continúa el movimiento de un día laboral.

De "Mil alegrías -Un encanto-" 1967

jueves, 2 de febrero de 2012

The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore

Una alegoría conmovedora y humorística sobre los poderes curativos de los relatos. Usando gran variedad de técnicas (miniaturas, animación por ordenador, animación en 2D), el galardonado autor William Joyce y el director Brandon Oldenburg, presentan una experiencia nueva narrativa que se remonta a las películas mudas y musicales de MGM en Technicolor.

miércoles, 1 de febrero de 2012

The artist

No dejéis de ver mientras permanezca en el cine una película que está siendo premiada en todos los festivales y que ha conquistado a los más adustos críticos cinematográficos: The artist. No siempre los premios (ni los críticos) son fiables, pero cuando las opiniones son unánimes deberíamos dejar de lado los prejuicios. Ya sé que a priori resulta poco atrayente: una película en blanco y negro y además muda, sin embargo, desde el momento en que comienza, mantiene la atención del espectador y le contagia un optimismo que ya no le abandona ni siquiera cuando sale del cine. A ello contribuye en gran medida la música, protagonista sin duda de la historia, pero también la expresividad de los actores -humanos y caninos-. La película sigue la sencilla fórmula de las grandes producciones: buenos actores, buena música, un gran guion y añade que su argumento es un entusiasta homenaje al séptimo arte. Viendo esta magnífica obra se siente admiración por la capacidad que tenemos los seres humanos de crear, de seguir creando  cuando parece que todo está inventado. Qué va, The artist demuestra que en el cine queda mucho por decir, incluso sin palabras.