lunes, 5 de mayo de 2014


Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas,
y una voz cariñosa le susurró al oído:
¿Por qué lloras, si todo,
en ese libro es de mentira?
Y él respondió:
―Lo sé;
pero lo que yo siento es de verdad.

(Angel González, Nada grave)

No hay comentarios:

Publicar un comentario